
Julian Drago
9 de septiembre de 2025
En la gestión financiera y contable de cualquier empresa, uno de los conceptos más relevantes para entender la verdadera situación patrimonial es la depreciación de maquinaria y equipo. Estos activos, esenciales para la producción de bienes y servicios, pierden valor con el paso del tiempo, el uso constante y la obsolescencia tecnológica. Reconocer esa disminución no es opcional: es un proceso que debe reflejarse en los estados financieros y que tiene implicaciones directas en la planificación de inversiones y en el cálculo de impuestos.
La depreciación es el proceso contable que refleja la pérdida de valor de los activos tangibles a lo largo de su vida útil. En el caso de la maquinaria y el equipo, la depreciación se origina principalmente por tres factores:
Este reconocimiento no significa que la máquina deje de ser útil inmediatamente, sino que contablemente se reconoce que cada año vale menos que cuando fue adquirida.
La depreciación de maquinaria y equipo cumple varias funciones estratégicas:
Existen varios métodos aceptados para calcular la depreciación de maquinaria y equipo. La elección depende de las políticas contables de la empresa y de las regulaciones fiscales del país.
Es el más utilizado y el más sencillo. Distribuye el costo del activo de forma uniforme a lo largo de su vida útil.
Fórmula:
Depreciación = (Costo del Activo – Valor Residual) ÷ Vida Útil
Ejemplo: una máquina adquirida por $50,000 con un valor residual de $5,000 y una vida útil de 10 años se depreciará $4,500 cada año.
Se basa en la cantidad de unidades producidas o en las horas de uso de la maquinaria. Es útil cuando el desgaste depende más del nivel de actividad que del tiempo.
Asigna mayor depreciación en los primeros años y menor en los últimos. Refleja que el valor económico de los activos suele disminuir más rápidamente al inicio de su vida útil.
Es otra forma de depreciación acelerada, que aplica un porcentaje fijo sobre el valor en libros al inicio de cada año. Así, el gasto es mayor en los primeros periodos y va disminuyendo con el tiempo.
Al aplicar la depreciación de maquinaria y equipo, se deben tener en cuenta varios elementos:
La depreciación no solo afecta la contabilidad, sino también las decisiones empresariales:
Supongamos que una empresa adquiere una máquina por $100,000 con un valor residual estimado de $10,000 y una vida útil de 8 años.
Aplicando el método de línea recta:
Depreciación anual = (100,000 – 10,000) ÷ 8 = $11,250 anuales.
Esto significa que cada año la empresa registrará $11,250 como gasto por depreciación hasta completar la vida útil del equipo.
Aunque parece un cálculo sencillo, en la práctica surgen dificultades:
¿La depreciación es lo mismo que un gasto real de dinero?
No. La depreciación es un gasto contable que refleja la pérdida de valor de un activo, pero no implica salida de efectivo inmediata.
¿Qué activos no se deprecian?
Los terrenos no se deprecian, ya que no sufren desgaste por el uso ni pierden valor con el tiempo de la misma forma que los equipos.
¿Se puede cambiar el método de depreciación de un activo?
En algunos casos sí, siempre que se justifique el cambio y se revele en los estados financieros. Sin embargo, debe cumplirse con las normas locales de contabilidad.
¿Por qué es importante para los impuestos?
Porque la depreciación es un gasto deducible en la mayoría de sistemas fiscales, lo que reduce la utilidad gravable y, por ende, el impuesto a pagar.
¿Qué ocurre si no se registran las amortizaciones?
Los activos y los beneficios estarán sobrevalorados, lo que dará una visión distorsionada de la salud financiera y podrá dar lugar a sanciones fiscales.
La depreciación de maquinaria y equipo es un aspecto clave para cualquier empresa que busque crecer de manera ordenada y cumplir con sus obligaciones fiscales. Conocer cómo se calcula y cómo influye en tus finanzas te permitirá tomar mejores decisiones sobre mantenimiento, reemplazos e inversiones futuras.
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