
Julian Drago
5 de mayo de 2025
Elegir el nombre de una empresa es uno de los pasos más importantes al momento de emprender. No es solo una etiqueta; es la primera impresión que darás al mundo, el reflejo de tu marca y, en muchos casos, el primer vínculo emocional que tendrás con tus clientes.
Un buen nombre puede abrir puertas, despertar curiosidad y quedarse en la mente de las personas. En cambio, uno mal elegido puede generar confusión, pasar desapercibido o incluso alejar a tu público objetivo.
Antes de pensar en nombres, es fundamental que tengas clara la esencia de tu empresa. Pregúntate:
Por ejemplo, una marca enfocada en productos naturales y sostenibles probablemente quiera transmitir cercanía, autenticidad y conciencia ambiental, mientras que una empresa tecnológica buscará proyectar innovación, velocidad y modernidad.
Este es el momento de dejar fluir la creatividad. No filtres demasiado al inicio; anota todas las ideas que se te ocurran. Aquí algunas técnicas para inspirarte:
Haz una lista de palabras relacionadas con tu industria, tus productos, beneficios o valores. Por ejemplo, si estás creando una empresa de café, podrías incluir palabras como: aroma, energía, grano, origen, ritual, despertar, etc.
Piensa en imágenes, conceptos o símbolos que representen lo que haces. A veces, una metáfora poderosa puede funcionar mejor que una palabra literal. Ejemplo: “Amazon” no vende ríos, pero el nombre sugiere algo vasto y poderoso.
No tengas miedo de inventar palabras o mezclar términos por muy loco que te parezca. Algunas marcas famosas han nacido así: Spotify (spot + identify), Instagram (instant + telegram), Netflix (net + flicks).
Después del brainstorming, selecciona tus 10-15 favoritos y evalúalos en profundidad. Aquí algunos criterios clave:
Un buen nombre debe ser fácil de decir, recordar y escribir. Evita complicaciones innecesarias o palabras muy largas.
¿Suena bien? ¿Tiene ritmo? Un nombre agradable al oído es más fácil de recordar y compartir.
Revisa que el nombre no tenga connotaciones negativas en otros idiomas o culturas, especialmente si planeas operar internacionalmente. Un ejemplo clásico es el coche Mitsubishi Pajero, cuyo nombre tuvo que cambiarse en varios países hispanohablantes.
Investiga si el nombre ya está siendo usado por otra empresa, especialmente dentro del mismo sector. Puedes usar herramientas como:
Antes de enamorarte del nombre, asegúrate de que sea registrable legalmente en tu país. Consulta el sitio web del instituto de propiedad intelectual correspondiente (como el IMPI en México, OEPM en España o USPTO en EE.UU.).
En el mundo digital actual, es importante que puedas conseguir un dominio web con tu nombre o una variación cercana. Idealmente, querrás un .com, aunque también puedes considerar opciones como .net, .io, .store o dominios regionales como .mx o .es.
Verifica que el nombre (o una versión muy similar) esté disponible en las plataformas donde piensas tener presencia: Instagram, Facebook, Twitter/X, LinkedIn, TikTok, etc.
Antes de tomar la decisión final, testea el nombre con personas de confianza o incluso con potenciales clientes. Puedes hacer preguntas como:
Muchas veces, las reacciones espontáneas te darán pistas muy valiosas.
Una vez que hayas elegido el nombre perfecto, es momento de hacerlo oficial y construir tu marca en torno a él. Esto incluye:
Recuerda: no se trata solo de cómo suena, sino de lo que significa y representa. Así que invierte tiempo en este proceso, porque el nombre que elijas será el que acompañe tu proyecto durante muchos años.
Si quieres comenzar tu LLC y/o internacionalizar tu marca, realiza tu consulta gratis hoy con Openbiz y con gusto te guiaremos durante todo el proceso.