
Julian Drago
21 de agosto de 2025
Entender qué son los gastos deducibles y cómo aprovecharlos correctamente puede suponer una gran diferencia en la carga fiscal de cualquier contribuyente. Tanto para los particulares como para las empresas, estas deducciones representan una oportunidad para reducir la base imponible y, en consecuencia, pagar menos impuestos de forma legal y estratégica. Sin embargo, no todos los gastos cumplen los requisitos, y conocer los criterios es esencial para evitar sanciones o problemas con el Servicio de Impuestos Internos (IRS).
Un gasto deducible es aquel que la legislación fiscal permite restar de los ingresos brutos para calcular la base imponible neta. En términos sencillos, se trata de gastos vinculados a la actividad económica o a la generación de ingresos, siempre que cumplan tres requisitos básicos:
Esto significa que no basta con pagar un gasto, sino que éste debe estar debidamente registrado, documentado y, sobre todo, directamente relacionado con una actividad generadora de ingresos.
La lista de gastos deducibles puede variar en función de si hablamos de un particular, un freelancer o una empresa. Aun así, hay categorías comunes que merece la pena conocer:
Determinados gastos médicos y dentales, así como los seguros de enfermedad o de dependencia, pueden ser deducibles si superan un porcentaje de la renta bruta ajustada. También se incluyen los intereses de préstamos estudiantiles y algunos gastos educativos vinculados a la actividad profesional.
Los intereses de los préstamos empresariales, las comisiones bancarias y los honorarios profesionales (contables, abogados, asesores) son deducibles, siempre que estén directamente relacionados con el funcionamiento o la constitución de la empresa.
Cuando un coche se utiliza con fines profesionales, los gastos de combustible, mantenimiento o seguro pueden deducirse proporcionalmente al uso profesional. Lo mismo ocurre con los gastos de viaje: billetes de avión, alojamiento, comidas de negocios y transporte, siempre que se justifique la finalidad profesional.
Los activos con una vida útil superior a un año -como la maquinaria, la tecnología o el mobiliario- no se deducen de una sola vez, sino que se reparten a lo largo de su vida útil mediante la amortización. Existen normas especiales, como la depreciación acelerada o la Sección 179, que permiten una mayor deducción el primer año.
Las donaciones benéficas a organizaciones reconocidas son deducibles dentro de ciertos límites. Para las empresas, esto también puede incluir contribuciones en especie, como productos o servicios.
No todos los gastos pueden deducirse de la base imponible. Algunos ejemplos comunes que causan confusión son:
Declarar una deducción no admisible puede dar lugar a auditorías, sanciones y recargos, por lo que es importante ser precavido y consultar a un asesor fiscal en caso de duda.
En el sistema fiscal estadounidense, los contribuyentes pueden elegir entre una deducción estándar o deducciones detalladas:
La mayoría de los contribuyentes optan por la deducción estándar a menos que sus deducciones detalladas superen ese umbral.
Estos errores pueden llamar la atención del IRS y aumentar el riesgo de una auditoría.
¿Cuál es la diferencia entre un gasto deducible y un crédito fiscal?
Un gasto deducible reduce la renta imponible, mientras que un crédito fiscal reduce directamente el importe de los impuestos adeudados.
¿Puedo deducir los gastos si trabajo desde casa?
Sí, siempre que el espacio se utilice regular y exclusivamente con fines profesionales. Se puede aplicar un cálculo simplificado basado en los metros cuadrados de la superficie de la empresa.
¿Las comidas son siempre deducibles?
No. Las comidas sólo son deducibles si están relacionadas con la empresa, no son extravagantes y están debidamente documentadas.
¿Qué ocurre si Hacienda rechaza un gasto deducible?
El importe se vuelve a sumar a la base imponible y puede dar lugar a sanciones o intereses si la deducción se consideró indebida.
Aprovechar los gastos deducibles es clave para optimizar la responsabilidad fiscal y aumentar la rentabilidad. Sin embargo, estas ventajas solo se aplican correctamente cuando la empresa está debidamente constituida y cumple los requisitos del IRS.
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