
Julian Drago
15 de abril de 2025
Los neobancos están transformando la manera en que las personas manejan su dinero. A diferencia de la banca tradicional, estas entidades 100% digitales no tienen sucursales físicas y operan a través de aplicaciones móviles y plataformas web. Esta nueva generación de servicios financieros ha ganado popularidad gracias a su capacidad de adaptación, eficiencia y enfoque centrado en el usuario.
En América Latina, los neobancos están creciendo a un ritmo acelerado, impulsando la inclusión financiera y desafiando los modelos tradicionales. Pero, ¿qué los hace tan atractivos? ¿Cómo funcionan? ¿Y qué deberías tener en cuenta si estás considerando abrir una cuenta con uno de ellos?
Un neobanco es una entidad financiera que opera exclusivamente en entornos digitales. No cuentan con oficinas físicas ni largas filas para realizar trámites. Todo sucede desde una app o página web: desde abrir una cuenta hasta realizar transferencias o pedir una tarjeta.
Aunque ofrecen servicios similares a los de los bancos convencionales, como cuentas de ahorro, tarjetas y préstamos, su principal diferencial está en la experiencia digital, la agilidad para operar y la reducción de costos operativos, lo que se traduce en menos comisiones y mejores condiciones para los usuarios.
Los neobancos funcionan mediante plataformas tecnológicas modernas, usualmente alojadas en la nube. Algunas de estas entidades tienen licencia bancaria propia, mientras que otras operan en alianza con bancos regulados, lo que les permite ofrecer servicios bajo marcos legales existentes.
Los usuarios pueden abrir una cuenta en minutos, enviar dinero, hacer pagos, recibir notificaciones en tiempo real, automatizar ahorros o categorizar sus gastos sin necesidad de acudir a una sucursal. Además, integran herramientas como inteligencia artificial y biometría para ofrecer una experiencia más segura y personalizada.
Estas características han hecho que los neobancos sean especialmente atractivos para los jóvenes, nómadas digitales, emprendedores y personas que buscan alternativas más simples y económicas para gestionar su dinero.
Aunque los primeros neobancos surgieron en Europa, América Latina no se ha quedado atrás. Países como Brasil, México, Colombia, Argentina y Chile ya cuentan con plataformas consolidadas que han demostrado tener un impacto significativo en la inclusión financiera.
En Brasil, por ejemplo, el ecosistema fintech ha sido uno de los más innovadores del mundo. Neobancos como Nubank han logrado millones de usuarios con propuestas centradas en la transparencia y la simplicidad.
En Colombia, entidades como Nequi, Movii, Lulo Bank y Ualá han ganado terreno rápidamente, ofreciendo cuentas digitales, tarjetas sin cuota de manejo, opciones de microcréditos y más. Muchos de estos servicios apuntan a sectores históricamente excluidos del sistema financiero, como trabajadores informales o personas sin historial crediticio.
En México, el crecimiento también ha sido notable. Neobancos como Klar, Albo o Fondeadora han impulsado el acceso digital a servicios bancarios, permitiendo que cada vez más personas gestionen su economía sin necesidad de acudir a un banco tradicional.
A pesar de sus beneficios, los neobancos enfrentan desafíos importantes. Algunos no cuentan con licencias bancarias completas, lo que puede limitar la protección de los depósitos. Además, su operación totalmente digital requiere niveles muy altos de ciberseguridad para garantizar la confianza del usuario.
También existe un reto en términos de regulación. Aunque cada vez más países ajustan sus marcos legales, muchos neobancos aún operan bajo esquemas mixtos que requieren supervisión constante para proteger al consumidor.
Por otro lado, hay usuarios que siguen prefiriendo el trato presencial y la asesoría tradicional que brindan los bancos convencionales, lo que representa un reto de educación y confianza para estas nuevas entidades.
La tendencia es clara: los neobancos seguirán creciendo. Su capacidad para escalar operaciones rápidamente, su enfoque en la experiencia del usuario y su adaptabilidad tecnológica los posicionan como actores clave en el futuro del sistema financiero.
En América Latina, su papel será especialmente relevante para cerrar brechas de acceso al sistema financiero y fomentar el ahorro, el crédito responsable y la educación financiera.
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¿Los neobancos son seguros?
Sí, siempre que estén regulados por autoridades financieras y cuenten con medidas de ciberseguridad como autenticación biométrica, cifrado de datos y protocolos AML/KYC.
¿Puedo tener una cuenta en un neobanco si ya tengo una en un banco tradicional?
Por supuesto. No hay ninguna limitación y muchos usuarios utilizan ambos servicios en paralelo para diversificar su gestión financiera.
¿Hay neobancos en todos los países de América Latina?
Aunque no en todos, cada vez son más los países de la región que cuentan con opciones locales o internacionales disponibles. México, Brasil, Colombia, Argentina y Chile están entre los más avanzados.
¿Qué diferencia a un neobanco de una fintech?
Los neobancos son entidades financieras que pueden operar como bancos digitales, mientras que las fintech son empresas que ofrecen servicios financieros apoyados en tecnología, sin necesariamente ser bancos. Un neobanco puede considerarse una fintech, pero no todas las fintech son neobancos.